abril 25, 2009

¡Lo quieres, lo pides, lo tienes!!!



Así empieza una serie de dibujos animados. Como para asustar a cualquier adulto. Una vez más el prototipo del niño engreído, futuro egocéntrico, que vive pidiendo cosas a los adultos, quienes a su entender, están obligados a complacerlo.

Estamos hablando de “Los Sustitutos”, un programa en donde dos hermanos comunes y corrientes se viven metiendo en problemas (como cualquier otro chico de menos de 12 años), pero que tienen un celular con línea dedicada a una organización encargada de enviarles “empleados” para que los ayuden a solucionar sus problemas. Por ejemplo, piden una sustituta para su profesora, un sustituto para el chofer… y listo, solucionado el problema.

Más allá de lo graciosa que puede llegar a resultar la serie y de lo no muy elaborado de la trama, adolece del mismo mal que los padrinos mágicos: nos muestra un par de niños mimados, acostumbrados a “pedir” y “obtener” lo que piden. ¿Conviene verla? No la recomendamos a niños menores de 5 años. Con los mayorcitos es un poco más difícil porque no es una serie de animax que debamos prohibir… es, por el contrario, algo sobre lo que se debe conversar en búsqueda de la moraleja y tratando de generarles un juicio crítico que les permita identificar el patrón y establecer una opinión sobre el mismo antes de querer imitarlo.