Este año el clásico de viernes de locos tomo tinte navideño en Familia Revuelta. Y lo hicieron, a mi parecer, bastante bien. Se trata de una nueva versión pero ambientada en la víspera de Navidad.
Disney ya intento hacer toda una serie en base al cambio de roles. Eso del hijo ponerse en los zapatos del adulto y del adolescente en los del padre. O madre. La serie cuenta la historia pensando en una familia de artistas que viaje en el tiempo. Pero no me refiero a eso aquí.
La película Viernes de locos trata de una madre que por unos días toma el cuerpo de la hija. Y viceversa. Eso les permite entender de, disculparse y resolver sus problemas. En esta oportunidad no hay una boda cerca, sino que viene la Navidad. Y ya no es la madre y la hija sino también el padre con el hijo y el bebé con el cachorro.
Bien actuada, divertida y con el plus de que se olvidan de regalos, San Nicolás y banquetes. El punto es volver a sus cuerpos y en el camino está el proceso de entenderse. El mensaje es el mismo, pero con su toque navideño y situaciones disparatadas nuevas. Aquí hablamos de unidad familiar basada en la empatia, si queremos formalizar la moraleja. Todo bañado de situaciones de lo más entretenidas.
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