octubre 25, 2006

Padrinos consentidores














Uno de los problemas más comunes para los padres actuales es controlar el ansia del quiero esto, aquello y lo otro. Pequeños tiranos, los niños a veces van por la calle antojándose de cuanto chocolate, borrador o juguete vean. Con o sin berrinche incluido, lo cierto es que intentan convencer a mamá de acceder a sus deseos. “A ese niño le falta disciplina” puede comentar alguna vecina y no le falta razón.

Pues Timmy Turner es el ejemplo perfecto del niño pediche. Es un niño triste porque sus padres prefieren salir y dejarlo con su malvada niñera Vicky. ¿Y cómo hace Timmi para estar contento? Para eso tiene un par de padrinos mágicos dispuestos a concederle todos sus caprichos con un poco de magia. El alocado infanta se la pasa todos los capítulos pidiendo y deseando desde objetos inalcanzables hasta soluciones para todos sus problemas a los torpes padrinos, quienes consiguen dejar alguna moraleja luego de media hora de situaciones de lo más risibles.

El programa, creado por Butch Hartman, explota la temática del hada madrina hasta convertirla en algo muy cómico y ha conseguido miles de seguidores. Tantos, que la emiten en varios canales de cable, han hecho películas, juegos de vídeo, libros de cuentos y demás artículos comerciales.

Ahora, ser popular no significa ser idónea. ¿Es una serie conveniente? Nosotros no la recomendamos si se trata de niños menores de seis años. Los niños a esa edad no tienen capacidad para deducir la moraleja de la historia y se quedan simplemente con el deseo de imitar la conducta del desesperadito y pedilón de Timmy. A los más grandes no es muy conveniente prohibírsela, porque tampoco se trata de hacerlos vivir en un cuartel, pero sí es vital conversar con los chicos sobre la conducta de Timmy y sobre lo apropiado o no de su proceder. Hemos de acostumbrar a los niños a mirar en forma analítica la televisión, a verificar la moraleja de la historia y reconocer a los verdaderos “malos” de la película.

No hay comentarios.: